Aquí, dos piezas Matin enmarcan un salón sereno donde el equilibrio entre formas y colores define la atmósfera. El sofá, con su volumetría envolvente, se complementa con la ligereza de la Slit Table, en un diálogo visual que demuestra que, con tres objetos bien elegidos y una paleta armónica, el diseño se vuelve poesía.

La Matin no solo ilumina; su delicado plisado y su luz suave invitan a contemplar. Montada en la pared o el techo, es protagonista y fondo a la vez, integrándose al espacio mientras lo realza. Porque el diseño más esencial es también el más evocador.